viernes, 16 de septiembre de 2011

Lo que dejó el Pre Olímpico


A pesar de haber logrado el objetivo de la clasificación a los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y de conseguir el torneo en Mar del Plata, muchos no se fueron del todo conformes con lo logrado en el juego colectivo por esta Selección de Básquet.
Un torneo que en 12 días hace disputar 10 partidos, es un tema que tendría que revisar las autoridades de FIBA Américas, aunque no es una excusa para el juego que tuvo Argentina, pero sí preocupara por el tema de las lesiones.
Pero no fue por esto que se quejaban algunos, sino por el juego que mostró el plantel de Julio Lamas, que desde el principio tuvo inconvenientes para armar el equipo. Las lesiones fueron una barrera que esta Generación Dorada tenía que sufrir en cada comienzo de un campeonato, y esta vez no fue la excepción.
En la base, el entrenador tuvo que pensar si Pablo Prigioni llegaría en óptimas condiciones después de la pubalgia, si Juan Ignacio "Pepe" Sanchez iba a rendir en una competencia de alto nivel con su veteranía o si apostar por Juan Pablo Figueroa pra frenar bases rivales. Pero con la presencia de Emanuel Ginóbili y Carlos Delfino se decidió por la vuelta de Pepe.
El otro era Leo Gutiérrez, que con su arritmia cardíaca a pocos días de dar la lista, lo obligó a Lamas a dejar a Martín Leiva y Federico Kammerichs entre los 12, ya que Fabricio Oberto también llegaba con lo justo por un desgarro.
En el torneo, el reparto de minutos no estuvo distribuido. Juan Gutiérrez, arrancó como titular, pero no generó lo que se esperaba de él y no tuvo minutos en la parte final. Se sabía que Martín Leiva no iba a tener muchos minutos. Paolo Quinteros arrancó siendo el goleador desde el banco en el primer partido, pero a medida que avanzaba el torneo y con una gastroenteritis, fue perdiendo protagonismo.
Por suerte apareció el impensado, Federico "Yacaré" Kammerichs, que con su energía y gran defensa se convirtió en el más aplaudido por la gente y la figura detrás de Scola y Ginóbili.
Fabricio Oberto, un jugador cuyas virtudes alimentaron la historia de la Generación Dorada, el 4 de noviembre del año pasado decidió anunciar su retiro. Desde entonces todo fue incertidumbre. En febrero la idea de volver se hizo cierta. Lo estuvimos esperando. Pero el amor, el afecto, las ganas de verlo a "Fabri" no se condicen con la necesidad de tenerlo 10 puntos fisicamente brindando las soluciones de siempre. Nueve meses sin jugar profesionalmente, es un precio caro para una Selección que buscaba ser la mejor de América. Pero sus últimos 10 minutos en cancha fueron esenciales para volver a creer en Oberto, quien también se ganaba una ovación cada vez que le tocaba pisar el parquet de juego.
El que se llevó todos los elogios y no sorprende es Andrés "Chapu" Nocioni, que tras el esguince frente a Brasil en apenas cinco segundos de juego, no quiso perderse el partido decisivo frente a Puerto Rico y con el tobillo de todos colores y con un corazón enorme dijo presente y se sigue ganando el respeto de todos por demostrar lo que siente cada vez que juega con la celeste y blanca.
El haber asimilado el caudal emocional fue lo mejor del seleccionado. Ver a los jugadores arengando a la gente para que los estimule fue lo que necesitaban y precisamente tras tantos años de lograr títulos fuera de casa. Le costó demostrar ser el favorito ante su gente, pero pudieron salir airosos de esta prueba que tenían.
Lo más importante, fue la defensa, no así el ataque. Salvo contra Venezuela, que con 93 puntos fue el que más le convirtió, luego tuvo baja cantidad de goles en contra.
Aunque por momentos tuvo pasajes buenos en el ataque, donde parecían los míticos Harlem Globe Trotters, pasando la pelota de fantasía y buscando la mejor opción, muchas veces faltaron ideas y se apelaba a los recursos individuales.
Pero los caminos elegidos por el cuerpo técnico nos depositaron en el puerto deseado. Nos llevaron a la tierra prometida. Somos campeones de América, sin olvidarnos de un detalle: no estuvo Estados Unidos con sus NBA, como si pasó en Las Vegas donde la Selección Nacional jugó mejor, pero no pudo ante los monstruos locales.
En definitiva, como siempre, salir campeón es el objetivo y ayuda para achicar el análisis y los riesgos del futuro. Pero hay que estar atento, por que esto recién comienzo y la siguiente prueba son los Juegos Olímpicos, más adelante habrá que pensar en el recambio generacional y para que está este equipo que tantas alegrías nos dio.

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